lunes, 24 de septiembre de 2012
El ser está dentro
No sos la talla de tu sostén ni sos la anchura de tu cintura.
No sos el color de tu pelo, no sos el color de tu piel.
No sos el color de tu lápiz labial.
No te definís por la cantidad de atención que obtenés de los hombres o de las mujeres.
No sos el número de flexiones o abdominales que podés hacer.
No sos el número de calorías que comés al día.
No sos tu bigote, no sos el vello en tus piernas.
No sos un par de aretes de oro, no sos un reloj costoso.
No te definís por el auto que tengas.
No sos tu dinero.
No sos ese diminuto vestido rojo.
No sos un envase.
No sos un pasatiempo, no sos una excusa.
No sos la amalgama de estas cosas.
Sos el contenido de tu personalidad.
Sos las ambiciones y los sueños que tenés.
Sos las cosas con las que sonreís y las palabras que decís.
Sos los pensamientos y los sentimientos que tenés.
Sos el protagonista de tu vida, el que la lleva adelante y el que es feliz con ella.
Sos hermoso y deseable por el brillo de tu vida, que te lleva a hacer que todo valga la pena.
Sos hermoso no por la complexión de tu cuerpo, sino por el volumen del alma que llevás dentro.
Sos importante no por el amor que recibís, sino por el amor que das.
Sos el ser que tenés dentro tuyo.
El ser que nunca va a cambiar, como cambia el cuerpo.
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