domingo, 4 de noviembre de 2012

Un sentir, un pesar

¿Cómo me siento? Decepcionado.
¿Qué quiero hacer? Pensar...

Dejé mis poesías junto a mis emociones,
mis letras al lado de mi almohada,
para recordar nuestros bellos momentos,
que ahora solo son una espina, un adiós.

Ruego a Dios que si está, que aparezca,
para darme tan solo una señal,
de que no todo es silencio,
ni dolor, ni tempestad.

Sin llamas yo me quemo,
y no encuentro forma de olvidarte.
Lentamente, todo va cayendo,
y yo lo veo todo desde mi ventana.

El cielo, el infierno, el maldito umbral,
ya no se ni dónde estoy parado,
estoy perdido, sin mi mapa,
que estaba fresco en tu espalda.

Perdido. Desorientado. Muerto.
Barro lo que queda de mi corazón,
de las flores y las cartas,
espejos de mi martirio.

Tardes y días que recuerdo,
abrazados en el verde césped,
son ahora recuerdos de tu imagen,
palabras de aquellos tiempos.

¿Por qué debo quebrar esas palabras,
esos recuerdos, esa música alegre?
Quizás porque me atan a la muerte,
cual condenado a la horca.

Amor, que haces las cosas imposibles, posibles,
no dejes que mi vida se torne difusa y sin sentido,
porque ya no me quedan fuerzas
para todos los días hacerla renacer.

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