Te vi volando entre algodones,
brillando más que cualquier estrella.
Un ser precioso hecho dulzura,
un ángel digno de apreciar.
En el instante en el que te abrazo,
es mi segundo más vital.
Y se siente la dicha de tenerte,
de saber que estás acá.
Y eso es suficiente para mí, hoy.
Ahora puedo vislumbrar el cielo,
gracias a la magia de tu voz.
Quizás tu canto tan sublime,
me quite la respiración.
Inventaría mil momentos con vos,
para no verte sufrir nunca más.
Y llenaría de risa al aire,
para que respires felicidad.
Y veré tu vida con mis ojos,
sin sombras que tapen el sol.
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