domingo, 27 de enero de 2013

Solamente vos

Ni la belleza de mil rosas,
ni el carmesí de sus pétalos,
se comparan con la finura
de sus perfectos labios.

Ni el brillo de la perla más preciosa,
la que se halla en el fondo del indescifrable océano,
puede medirse con el de su sonrisa,
que ilumina cada segundo mi alrededor.

Ni el canto del ruiseñor por la noche,
ni el de la alondra por la mañana,
es igual al de su voz de sirena,
tan melodiosa y abundante.

Es típico confundirla con un ángel,
pues ni siquiera su hermosura es pecaminosa.
Su poder hace volar mis pensamientos,
tan reales como éstas justas palabras.

En su mirada encuentro mi cielo,
mi utopía, el umbral de la felicidad.
Y cuales flechas atraviesan el blanco,
sus ojos se mezclan con los míos.

En su presencia me siento diferente,
que soy indestructible, incandescente,
y encuentro paz en el cristalino reflejo
de tu curvilínea y negra sombra.

Todo esto, toda esta alegría, este amor,
lo causás vos, mi reina, mi diosa, mi musa.

Solamente vos, nadie más que vos.

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